ASOCIACIÓN
COLOMBIANA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
15 AÑOS DE
LUCHA POR UNA UNIVERSIDAD CRÍTICA, CREADORA Y TRANSFORMADORA
La Heroica Cartagena, escenario histórico
de la resistencia independentista a la campaña contrarrevolucionaria de El Pacificador español Pablo Morillo desarrollada
hace poco más de doscientos años, fue el lugar donde miles de estudiantes
universitarios de todos los rincones del país reunidos del 22 al 25 de mayo del
año 1998, en el I Congreso Nacional de Estudiantes Universitarios, acordaron en
la sesión plenaria crear la Asociación General de Estudiantes Universitarios
–AGEU- (la cual posteriormente adoptaría definitivamente el nombre de
Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios -ACEU-). La ACEU significó
la síntesis unitaria del movimiento estudiantil en esta época y el vehículo
sobre el cual se proyectarían las luchas de resistencia del estudiantado
colombiano al embate neoliberal contra la educación superior en nuestro país.
Fue al calor de las luchas contra el Plan
de Apertura Educativa, PAE, y la Ley 30 de 1992 del gobierno de Cesar Gaviria
Trujillo, que surgió en 1995 la experiencia de la Asamblea Nacional de
Estudiantes Universitarios –ANEU-, de la cual se gestaría la convocatoria al I Congreso
Nacional de Nacional de
Estudiantes Universitarios. Este escenario fue producto de todo un proceso de
recomposición política, programática y organizativa del estudiantado
colombiano, que inició a finales de la década de los 80´s y principios de los
90´s del siglo XX, en el marco del derrumbe del proyecto socialista de la URSS
y la avanzada devoradora del manto neoliberal del capitalismo y en medio de la
más terrible guerra sucia desatada por parte del Estado en contubernio con el
paramilitarismo contra el movimiento estudiantil, los movimientos sociales y
populares y contra toda manifestación de oposición al régimen.
Desde entonces hemos resistido junto con
otras expresiones del movimiento estudiantil y del movimiento social y popular
a la embestida que contra el derecho a la educación que han encarnado los
procesos privatizadores de la educación superior expresados, entre otros, en el
Plan Nacional de Desarrollo de Andrés Pastrana, en la Revolución Educativa y la
política criminal del paramilitar Álvaro Uribe Vélez con la larga noche de sus
8 años en el poder, en el proyecto de ley 112 de educación superior que intento
imponer el nefasto Juan Manuel Santos y su ministra de educación María Fernanda
Campo como ley de la República.
Han sido tres lustros en los que también
hemos luchado inclaudicablemente por la paz con justicia social entendiendo que
la garantía y realización efectiva de los derechos sociales, económicos,
políticos y culturales que históricamente le han sido negados y arrebatados al
pueblo colombiano es el camino real para superar el conflicto social, político
y armado en nuestro país y poder así detener el derramamiento de sangre y las
desgracias que trae consigo la crueldad de la guerra.
Desde la Organización Continental
Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes -OCLAE- hemos levantado con alegría
las banderas continentales por el derecho a la educación en el continente y la
unidad de nuestros pueblos, siendo testigos en estos años del esperanzador
renacer de las luchas de los pueblos de Nuestra América que junto a la valerosa
Cuba le han hecho frente al imperialismo logrando contraponerle gobiernos
democráticos y revolucionarios en toda Latinoamérica. Es el legado emancipador
de Martí, Bolívar, Sucre, Miranda, José de San Martín, Tupac Amaru, el Che,
Fidel, Sandino, Chávez y el de todos los próceres de la Patria Grande el que
hoy retumba con estentóreos gritos de libertad en Nuestra América.
En los últimos años el movimiento
estudiantil latinoamericano se ha levantó desde la Patagonia hasta el Río
Bravo, enarbolando el derecho a la educación gratuita, de calidad, para la
democracia y al servicio de nuestros pueblos. Las movilizaciones chilenas y
colombianas fueron muestras contundentes de dignidad. Actualmente el movimiento
estudiantil colombiano y la MANE se preparan para volver nuevamente a la
movilización callejera y desde allí hacer realidad la Ley Alternativa de
Educación Superior.
La Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios estará en función de tan importante propósito y, a su vez, seguirá trabajando incansablemente por alcanzar mayores niveles de unidad y organización del estudiantado que nos permitan avanzar hacia la materialización de la organización estudiantil unitaria como nueva síntesis de unidad del movimiento estudiantil colombiano. Así mismo, será prioridad nuestra seguir luchando por la paz con justicia social en el marco de un contexto en el que los diálogos de la Habana entre las FARC-EP y el Gobierno Nacional, se abre la puerta a la esperanza de poner fin a la guerra en nuestro país.
Quisiéramos aprovechar la oportunidad en
esta efeméride para pasar la mano a contrapelo por el lomo de la historia, como
nos lo enseñara el maestro Walter Benjamín, y confrontar así uno de los
fenómenos a nuestro juicio más terribles de las sociedades de finales del siglo
XX y principios del XXI que fuera señalado por el gran historiador británico
Eric Hobsbawm: la destrucción de los mecanismos sociales que vinculan el
presente con el pasado, lo cual no es otra cosa que el olvido permanente como
forma de opresión. Se trata pues de recordar lo que otros, por lo general los
poderosos, quieren que se olvide, se trata de no dejar morir la memoria y hacer
que esta camine vital y de forma alegre por las alamedas de la esperanza.
No resulta pues esta una tarea fácil,
empero, nos aventuraremos con optimismo para que empecemos a partir de allí a
reconstruir nuestra propia historia, la cual hace parte de la historia de las
resistencias desatadas contra el terrible poder colonizador del neoliberalismo
el cual ha representado el más grande saqueo de las riquezas y los derechos de
nuestros pueblos. Esta es también la historia de aquellos que hace más de
doscientos años lucharon en nuestro país contra el poder colonizador de la
Corona Española y que le legaron a las generaciones venideras la gran tarea de
culminar la gesta independentista inconclusa.
Es esta también una extraordinaria
oportunidad para rendirle un sincero y profundo homenaje a quienes en estos
años ofrendaron su vida y su sangre por este maravilloso propósito que encarna
la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios. El terror de Estado nos
arrebató sus vidas, pero a pesar de ello siguen con nosotros en cada marcha, en
cada mitin, en cada asamblea. Junto a ellas y ellos seguiremos reconstruyendo
nuestra historia en las calles del país enarbolando el sueño de conquistar una Universidad Crítica, Creadora y
Transformadora.
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