La campaña que el expresidente Álvaro Uribe Vélez viene realizando, para alcanzar una curul en
el senado, ha tenido dos puntos comunes
en las distintas regiones: una notoria protección de la Policía Nacional y del Escuadrón
Móvil Antidisturbios, y un explícito rechazo de ciudadanos que con carteles y
arengas han demostrado su inconformidad con la gira de esta campaña.
A pesar que se respira en
estas ciudades un aire de valentía, esperanza e inconformidad por las políticas
efectuadas en el gobierno presidencial de Álvaro Uribe, existen cosas que parecieran
nunca cambiar en nuestro país. Los mismos escuadrones que arremetieron contra
los campesinos durante el paro nacional agrario y popular, hoy defienden a este
señor de la guerra, que con su discurso hace apología a la prolongación del
conflicto social y armado. Estos mismos escuadrones que atentaron contra la
vida de campesinos al redor del país, hoy hacen parte del esquema de seguridad
del ex presidente, no solo como protocolo de seguridad que se le brinda a
ciertos partidos políticos, que cuentan con las garantías suficiente, sino
sobre todo, para silenciar las arengas que dejaron hace mucho tiempo de ser
retoricas, para callar el mensaje que estos ciudadanos tienen que decirle a este
Señor de los falsos positivos. Acallar, silenciar e invisibilizar estas
valentías, lo tienen que hacer con su uso “legitimo” de la fuerza en contra del
pueblo colombiano, pueblo del que ellos también hacen parte, usando gases
lacrimógenos y bolillos.
Tal fue el caso, de los
hechos sucedidos en Cúcuta el pasado 26 de Enero, en el cual en medio de la
protesta que realizaban ciudadanos del común en contra de las políticas de guerra
de Uribe, fue brutalmente golpeado por
aproximadamente 10 policías nuestro compañero y amigo Camilo Guerrero, miembro
activo de la Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios, quien termino
inconsciente en la Clínica Santa Ana con tres huesos de la nariz rotos, el
labio afectado y una herida ciliar. Enviamos desde el Ejecutivo Nacional de la ACEU, así como de parte de todas y
todos los asociados, un caluroso saludo de solidaridad y acompañamiento para
Camilo, pero especialmente para la ACEU de Cúcuta, quienes, estamos seguros,
seguirán alzando su voz en contra de las políticas neoliberales y guerreristas
que impiden la construcción de un país en paz con justicia social.
Seguiremos manifestándonos
por el desmonte del ESMAD, seguiremos
luchando por una Universidad crítica, creadora y transformadora, para tener un
país con las garantías suficientes a todos los que opinen y piensen diferente.
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