La historia como el agua de un rio nunca es la misma,
por tanto los sucesos que acontecen en nuestro país no son iguales al genocidio
perpetrado contra la UP, ni tienen el
mismo proceder que la otrora violencia sistemática de los 80s y 90s contra la
oposición política en Colombia (sin negar que existen prácticas que desde los
procesos de amnistía del 50 no se han dejado de utilizar); sin embargo son la
reinvención de la persecución política, ayer utilizaban rocket y metralla para
matar cínicamente a los dirigentes del movimiento social y popular que
promulgaban un nuevo país, hoy no solo exterminan físicamente a líderes populares,
sino que además por medio de los montajes judiciales intentan arrebatarle la
voz a esa creciente ola de organización y movilización social.
El movimiento estudiantil como actor activo dentro de
las jornadas de movilización no ha sido excluido de ese ataque y es por eso que
al día de hoy distintos compañeros están injustamente recluidos en las cárceles
del país, pagando condena por exigir una universidad critica, creadora y transformadora. El pasado
4 de enero fue privado de su libertad Francisco Toloza miembro de la Marcha
Patriótica, y en el pasado no muy lejano dirigente universitario de nuestro
país, acusado vilmente por construir desde la academia esa patria que todos
anhelamos.
En la audiencia que se realizó en Paloquemao para
legalizar su captura la fiscal no escatimo en arrojar las verdaderas razones
para retener a Francisco “Usted no empuñó armas, su aporte son las ideas, eso
lo hace muy peligroso”, lo que implica que todas las personas que desde la
universidad le apuestan a construir las herramientas necesarias para contribuir
a forjar un país en paz con justicia social son enemigos del régimen, son una
piedra en el zapato para quienes se lucran con la guerra y la desigualdad
propia de esta nación. De tal forma que casos como los del profesor Miguel Ángel
Beltrán, los compañeros de la Universidad Surcolombiana y tantos más que hoy
sufren este flagelo no son hechos aislados, son acciones sistemáticas que
pretende quitarle fuerza al cambio, pero como una y tantas veces lo hemos dicho
las ideas son a prueba de balas, y las rejas no pueden detenerlas.
Hoy como Asociación Colombiana de Estudiantes
Universitarios nos solidarizamos con el Compañero de lucha Francisco Toloza y
exigimos su inmediata liberación así como la libertad para todos aquellos que
por sus ideas transformadoras están bajo el yugo de la cárcel.
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